Los dueños de mascotas son un grupo único. Su disposición a integrar a los animales en sus hogares y en sus vidas puede parecer extraña a quienes no tienen mascotas. (Aunque he oído que existen personas que no tienen mascotas, no he profundizado en este tema).
¿Estás pensando en tener otra mascota para acompañar a tu Labrador? ¡Excelente elección! Yo también tengo varias mascotas, y el amor y la camaradería adicionales que introdujo nuestro segundo perro han sido una bendición tanto para nosotros como para nuestras mascotas.
Introducir una nueva mascota en un hogar con un perro ya existente tiene sus obstáculos. Sin embargo, con algunas medidas sencillas, la transición puede facilitarse. A continuación te explicamos cómo introducir hábilmente un nuevo perro o cachorro en tu actual Labrador.
Elegir bien a tu segundo perro
Cuando decidas ampliar tu familia de mascotas, invierte tiempo en investigar.
Aunque muchos eligen mascotas basándose en una conexión emocional, es crucial optar por un perro adecuado. Lo que es “adecuado” es subjetivo, pero ten en cuenta estos aspectos:
Comprender el orden jerárquico: el temperamento es la clave
Si tu labrador tiene un carácter dominante, un perro igualmente dominante o agresivo podría chocar. Un perro tranquilo quizá no requiera una coincidencia exacta de temperamento, pero prepárate para ver un cambio en la posición social de tu Labrador. Sin embargo, evita forzar los cambios de comportamiento; los perros determinarán de forma natural la dinámica de la manada. Asegúrate de que ninguno resulte herido en el proceso.
El tamaño importa
A pesar de que perros de distintos tamaños suelen coexistir pacíficamente, introducir una raza más pequeña a un juguetón Labrador puede tener sus riesgos.
Presentar a tus perros
Tras conseguir tu nuevo perro, inicia las presentaciones con tu labrador. La primera impresión es importante.
Lo mejor es un territorio neutral
Busca la ayuda de un amigo o familiar, conocido de tu Labrador, para dar un paseo por un lugar desconocido. Al llegar por separado, guía a tu labrador mientras el amigo guía al perro nuevo. Esto hace que el nuevo perro parezca menos amenazador.
Iniciar un paseo
Practica el paseo relajado con correa. Empieza con tu labrador al frente y deja que los perros se acerquen poco a poco, para que se sientan cómodos.
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Tiempo de vinculación
Si las cosas parecen positivas, permíteles interactuar en un espacio vallado. Aunque no se conviertan en los mejores amigos al instante, busca señales positivas: movimientos relajados, gestos juguetones y colas que se mueven.
Llevarlos a casa
Si el exterior ha ido bien, ¡es hora de llevarlo a casa! Deja que jueguen primero en el patio, si lo hay, para que se cansen antes de entrar.
La transición a un hogar con varias mascotas
Haber superado las pruebas al aire libre no significa que estén listos para casa. Tu labrador ha establecido su territorio, por lo que son necesarios algunos ajustes.
Crea espacios personales
Al principio, mantén espacios separados utilizando puertas para bebés. De este modo, podrán observar e interactuar sin acceso directo.
Duplica lo esencial
Ten dos de cada cosa: camas, juguetes, jaulas, comederos. Pueden surgir celos por los objetos compartidos.
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Supervisa las interacciones
Desde el principio, supervisa siempre sus interacciones. Recompensa el buen comportamiento con golosinas. Aborda inmediatamente cualquier tendencia agresiva.
Atención individual
Equilibra la atención entre tus mascotas. Ambos deben sentirse igualmente queridos.
Evitar los roces con la comida
Como las horas de comer son importantes para los labradores, asegúrate de que los espacios de alimentación estén separados para evitar enfrentamientos.
Mirar hacia delante
Incluso después de establecerse, es beneficioso que los perros tengan espacios personales. El camino hacia un hogar con varias mascotas puede ser difícil, pero es increíblemente gratificante. El amor añadido y la compañía de tu labrador cuando está solo son realmente beneficiosos para todos.
La presentación olfativa
Antes de la presentación cara a cara, es una buena idea familiarizar a cada perro con el olor del otro. Intercambia ropa de cama o juguetes entre el nuevo cachorro y tu labrador durante uno o dos días. Esto permite que cada perro se acostumbre al olor del otro sin el estrés potencial de un encuentro directo.
Tómatelo con calma
Recuerda que no hay prisa. Cada perro es diferente, y aunque algunos pueden ser acogedores al instante, otros pueden necesitar más tiempo para adaptarse. Presta atención a las señales de ambos perros y tómate descansos si es necesario. Una serie de presentaciones breves y positivas suele ser más eficaz que un único encuentro prolongado.
Controla las sesiones de juego
Al principio, cuando ambos perros puedan jugar, mantén las sesiones breves y siempre supervisadas. Busca señales de juego sano, como arcos de juego, inversión de papeles (cuando un perro persigue y luego es perseguido) y pausas. Si alguno de los perros parece asustado o agresivo, es hora de intervenir y separarlos.
Evita la vigilancia de recursos
La vigilancia de recursos, cuando un perro siente la necesidad de proteger sus posesiones, puede ser un punto de discordia. Para minimizar este riesgo, asegúrate de que cada perro tenga su propio conjunto de juguetes y zonas de alimentación separadas. Si observas algún comportamiento de vigilancia, soluciónalo inmediatamente, ya sea mediante adiestramiento o retirando el recurso en disputa.
La coherencia es la clave
Es esencial ser coherente con las normas y el adiestramiento tanto del nuevo cachorro como de tu labrador. Esto ayuda a reducir cualquier confusión o sensación de injusticia. Si a tu labrador no se le permite estar en el sofá, al nuevo cachorro tampoco debería permitírsele.
Busca ayuda profesional si es necesario
Si, a pesar de tus esfuerzos, los perros no se llevan bien, no dudes en buscar ayuda profesional. Un adiestrador canino certificado o un especialista en comportamiento pueden ofrecerte orientación personalizada adaptada a tu situación concreta.
Celebra los pequeños éxitos
Cada interacción positiva, por pequeña que sea, es un paso en la dirección correcta. Celebra estos momentos y utilízalos como motivación para seguir trabajando por un hogar armonioso.
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Introducir un nuevo cachorro o perro a tu Labrador puede ser una experiencia gratificante, que amplíe el amor y la alegría dentro de tu hogar. Con paciencia, constancia y comprensión, tu Labrador y tu nuevo perro pueden desarrollar un vínculo que enriquecerá tanto sus vidas como la tuya.