Los orígenes del Labrador son una historia fascinante. Si le interesa saber de dónde vienen, entonces acompáñenos en viaje hacia el pasado.
Ancestros del Labrador
Puede ser que dado que la raza se nombra “Labrador” supongas que haya surgido precisamente en esta zona de América del norte. Sin embargo, los perros que constituyeron la base de la raza labrador en Inglaterra en el siglo XIX no se importaron de Labrador, sino de Terranova.
Dos regiones que solemos meter en el mismo saco para la discusión general.
Además, es casi seguro que estos perros de Terranova no eran de Terranova. Continuemos con la investigación.
La historia comienza realmente en la inhóspita región de Terranova del siglo XVIII.
Terranova
Cuando escuchamos hablar de los perros Terranova, nos viene a la mente el perro negro, grande, pesado y muy peludo cuya raza se llama Terranova. Desde hace mucho tiempo se cree que son los ancestros del Labrador actual.
A lo largo de la historia Terranova fue colonizada varias veces, sin embargo durante aproximadamente 200 años permaneció deshabitada.
Cuando los europeos comenzaron a visitar y luego a poblar la isla de Terranova, es casi seguro que no había perros.
Las personas que se asentaron allí y pescaron en las ricas aguas costeras trajeron sus propios perros.
Richard Wolters
Richard Wolters, un entusiasta y adiestrador de labradores estadounidense, escribió una historia detallada del labrador en 1981.
Tuvo acceso a importantes archivos y documentos históricos, gracias al Kennel Club de Su Majestad la Reina y a la perrera de Sandringham, así como a varias familias cuyos antepasados ayudaron a establecer la raza.
En su libro describe a los primeros colonos de Terranova como «gente dura», desertores de la flota pesquera británica. Hombres duros que se establecieron y sobrevivieron en un entorno muy hostil.
Compañías
En su obra Wolters recalca que no existía constancia de perros autóctonos en la isla y que la mayoría de los colonos eran pescadores y cazadores procedentes de Devon, en el suroeste de Inglaterra.
Él cree que estos hombres trajeron sus perros desde Inglaterra y que estos fueron los ancestros de los perros que llegaron a conocerse como perros de Terranova.
Hoy en día pensamos en los Terranova como perros grandes, incluso gigantes, muy peludos y con un pelaje grueso y ondulado, perros de los que algunos han llegado a la conclusión de que el Labrador Retriever podría ser un descendiente. Pero Wolters piensa que fue al revés.
Su teoría es que los perros de pesca pequeños, cortos y gordos, antepasados del Labrador, fueron también los ancestros del Terranova, el cual, al ser más grande, fue criado para realizar las pesadas tareas de transporte de carros.
Perro de aguas de San Juan
Echemos un vistazo a este pequeño cachorro, ya que sabemos que es el antepasado del perro más popular del mundo. Se llama Perro de San Juan y todavía existía en Terranova hasta hace unas décadas. Incluso hay fotos que han logrado permanecer con nosotros.
La vida en Terranova estaba fuertemente ligada a la pesca. Fue una colonia pesquera de verano antes de que los asentamientos comenzaran a hacerse permanentes, y las abundantes poblaciones de peces eran muy valoradas por las autoridades británicas.
Tanto es así que durante mucho tiempo se desaconsejó e incluso se prohibió el asentamiento permanente.
Los que desafiaron a las autoridades y se instalaron en este frío páramo desarrollaron una inusual relación con los perros que trajeron consigo y se hicieron adeptos a ellos.
A partir del apareamiento entre los más útiles de estos perros, se establecieron algunas características importantes en la población canina de la región. Y a principios del siglo XX, los perros de agua de San Juan de Terranova empezaban a ganarse una reputación muy especial.
No cabe duda de que el Perro de San Juan o el Perro de Agua de San Juan fueron los ancestros del moderno Labrador Retriever. Y que sus descendientes formaron la base de nuestros actuales labradores.
Si Wolters tiene razón, también es el ancestro de la raza Terranova, mucho más grande. Pero, ¿qué tenían de especial estos perros?
Una raza excepcional
El nombre con el que se lo conoce al ancestro de los labradores derivó del papel que desempeñaban en las comunidades pesqueras donde se encontraban.
Los registros históricos hablan de perros que se sentían tan cómodos en el agua como en tierra y se especializaban en la recuperación de redes, líneas y cuerdas, e incluso se sumergían bajo el agua para recuperar los peces que se habían escapado del anzuelo.
Estos perros trabajaron junto a sus compañeros humanos de manera notablemente cooperativa y fueron muy apreciados por ellos.
Aspecto del perro de aguas
El perro de San Juan tenía un pelaje denso, aceitoso e impermeable y una cola gruesa. Además es muy probable que su oreja fuera más primitiva y orientado haca delante (y, hay que decirlo, más sana) que la del labrador orejas caídas que conocemos hoy.
Se alegraba de nadar en condiciones excepcionalmente gélidas, sin importarle el frío. Un rasgo que, muchos reconocerán, comparten con nuestros labradores modernos.
Entre ellos se diferenciaban por el tamaño del pelo, algunos lo tenían más cortos y otros más largo. Es muy probable que los terranovas prefirieran el pelaje corto dado que resultaba más cómodo en aguas heladas.
Muchos perros con pelaje más largo fueron exportados a Inglaterra.
Gracias a un famoso artista llamado Edwin Landseer, que realizó un cuadro donde retrata un perro de San Juan, podemos observar que no solo guarda cierto parecido con los labradores, sino también con los border collie.
El cuadro se titula: Cora: A Labrador Bitch (Una Perra Labrador).
Llama la atención que tiene un pelaje bastante largo y mucho pelo blanco entre el negro. Landseer también pintó al gran perro de Terranova y es interesante que también sea blanco y negro, no negro totalmente como lo conocemos hoy.
Avanzando un poco más en el tiempo los perros de San Juan comenzaron a parecerse más a lo que hoy son los Labradores Retrievers.
Nell
No se puede pasar mucho tiempo leyendo sobre los labradores y sus antepasados sin tropezar con una copia de esta fotografía tan antigua.
El perro de la foto se llama Nell, y Nell tenía alrededor de unos 12 años cuando se tomó la foto en 1867.
Su dueño fue el Conde de Home y es un ejemplo del tipo de perro de San Juan traído a Inglaterra desde Terranova en el siglo XIX.
En la fotografía puede observarse que Nell tiene los dedos de los pies blancos, y muestra un gran parecido en su cara y en la posición de sus orejas, así como en su cuerpo bien cuidado y su pelaje corto a los Labradores actuales.
Además de las marcas blancas en las patas y, a menudo, en la cara, los perros de San Juan solían tener una mancha blanca en el pecho que aún hoy se ve ocasionalmente en los labradores.
Mientras que esta mancha no es apreciada por los entusiastas de los perros de exposición, se tolera en la comunidad de perros de caza, especialmente en los labradores amarillos donde no es tan evidente a la vista.
A finales de siglo, el pelaje liso se convirtió en una característica de la raza y el Labrador Retriever estaba realmente en el camino correcto.
Extinción del perro de aguas de San Juan
Desafortunadamente, a inicios del siglo XX, el perro de San Juan se encontraba al borde de la extinción.
Los últimos ejemplares del Perro de Agua de San Juan se extinguieron en la década de 1980.
A pesar de ello, estos perros dejaron un legado que pronto nos proporcionaría la raza canina más popular del mundo. Los maravillosos Labradores Retriever.
Labradores actuales
Los inicios de lo que hoy son los Labradores modernos se debe a dos aristócratas ingleses: James Harris (segundo conde de Malmesbury ) y Walter Scott (quinto duque de Buccleuch). Y la clave del establecimiento y la supervivencia de la raza fueron sus dos hijos.
James Harris
Además de su vida como parlamentario, el joven James se dedicó al deporte. Más precisamente en el tiro. A principios del siglo XIX, Malmesbury importó algunos perros de San Juan y comenzó a criarlos como compañeros de tiro.
Walter Scott
Algunos años más tarde, Walter Scott, quinto duque de Buccleuch, establece un criadero similar en Escocia, donde criaba perros de San Juan importados.
Sin embargo, no fue hasta que los hijos de estos personajes se encontraron cuando la cría del Labrador Retriever se estableció realmente en el Reino Unido.
Sin este encuentro fortuito entre los hijos de estos dos aristócratas, los dos criaderos aislados y con sus programas individuales de cría no habrían sobrevivido.
Según se cuenta, el sexto duque de Buccleuch y el tercer conde de Malmesbury se conocieron en un viaje de caza a finales de la década de 1880. Donde Malmesbury donó dos perros perdigueros machos al duque, el cual los cruzó con perras descendientes de las importadas por su padre.
Los cachorros resultantes son los ancestros de la raza de labradores que conocemos y amamos hoy en día. El Canis Buccleuch sigue existiendo hoy en día y sigue produciendo labradores de alta calidad que ganan muchas de las pruebas de campo.
Primeros referentes escritos del Labrador
El libro “Advice to Young Sportsmen” del coronel Hawker, publicado en 1833, es uno de los primeros referentes escritos que mencionan a los Labradores.
Hawker frecuentaba la aristocracia, donde estos nuevos perros se hacían populares.
El libro nos ofrece una visión fascinante de cómo eran tratados y entrenados los perros en el siglo XIX. Hay dibujos de un terrible dispositivo llamado «collar de control» y se habla de «azotar a los perros con un látigo o un aguijón».
¡Nada que ver con el entrenamiento de refuerzo positivo que conocemos hoy!
A pesar de que Hawker utiliza los términos perros de Terranova y perro de San Juan indistintamente, describe el tipo de perro que considera más adecuado y sus características hacen referencia a lo que conocemos hoy como Labrador.
Además, alaba en gran medida la extraordinaria capacidad olfativa de la raza, la cual resultaba muy útil si era usado para la caza.
También aconseja: “Un perro de aguas no debe saltar de un barco, a menos que se le ordene hacerlo, pues no siempre es necesario; y por lo tanto es innecesario. Que se moje y moje todo a su alrededor”. ¡De seguro que a todos los dueños de Labradores nos habrá pasado!
Igualmente aconseja a los entusiastas de la caza llevar un perro de mayor edad, dado que poseen muchos trucos útiles, a pesar de que no sean los más ágiles.
Popularidad
Así que a principios de la década de 1830, cuando Hawker escribía, la reputación del perro de San Juan o Labrador, como se le llamaba se estaba extendiendo. Lo cual se vio impulsado entre la década de 1880 (cuando los dos aristócratas se conocen por casualidad) y la de 1930, donde ya el labrador se erigía como el favorito de la comunidad cinegética británica.
No cabe duda de que su popularidad se debía a sus extraordinarias habilidades en el campo de trabajo y como compañeros de caza, así como a su temperamento agradable.
La división de las razas de labradores
La moda de la cría y exhibición de perros crecía a ambos lados del Atlántico, y las líneas de perros criados para la exhibición y las líneas de perros criados para la caza empezaron a divergir lentamente.
Apenas parece que la raza labrador estaba bien establecida, en Inglaterra y Estados Unidos, que se empezó a desarrollar una especie de división.
Pero en las últimas décadas del siglo XX, las diferencias ya se encontraban bien establecidas.
Se prefiere el negro
En la comunidad de cazadores, el Labrador Retriever que se estableció a finales del siglo XIX y principios del XX era casi siempre un perro negro.
Aun así, algunos de estos primeros labradores llevaban el código genético que les permitiría producir cachorros marrones, y otros llevaban el código amarillo.
Hasta 1892, todos los labradores identificados eran negros, aunque algunos tenían manchas blancas.
Pero ese año nacieron dos cachorros marrones en la finca de Buccleuch, en Escocia. Es cuando llega el labrador chocolate. Sin embargo, pasarían sesenta años más antes de que se popularizara.
Unos años más tarde, en 1899, aparece el primer labrador amarillo. Su nombre fue Ben de Hyde, y fue propiedad del Mayor Radcliffe. Su popularidad creció constantemente en los años siguientes, pero el negro era, y sigue siendo, la preferencia de los tiradores.
De hecho, durante muchos años el chocolate se llamaba hígado y no se consideraba un color muy deseable. Es muy probable que muchos cachorros no negros simplemente se ahogaran al nacer.
En la comunidad de labradores de España, los negros siguen siendo los más numerosos, los amarillos son una minoría y los chocolates están empezando a aparecer en pruebas y ensayos.
Conclusiones
Independientemente de su color, la increíble capacidad de trabajo de este perro alegre y resistente ha sido sustentada y protegida de generación en generación, hasta que se convirtieron en la raza de compañía más popular en el mundo en la actualidad.
No es poca cosa para el compañero de los pescadores que encontró la fama en el entorno hostil de la recién colonizada Terranova.