Los mejores cuidados para un perro labrador
Los labradores son una raza de perros tan excepcionales como los cuidados que requieren para preservar su salud.
Son leales, trabajadores, amistosos y amorosos, por lo que no se puede hacer más que llenarlos de mimos y atenciones en compensación a todo el cariño que brindan a su mejor amigo humano.
Entre las primeras medidas a tomar después de adoptar un can es ponerlo en manos de un veterinario. Es, sin duda, una forma segura de conocer cuál es su verdadera condición.
Además, el especialista será el encargado de las primeras evaluaciones, de la aplicación de vacunas y de desparasitarlo; pero también de detectar si, por alguna razón, está sufriendo de alguna enfermedad.
Es que a pesar de su excelente apariencia física, de su fortaleza de espíritu y de su explosivo (aunque inofensivo) comportamiento, un labrador puede llegar a ser bastante frágil, razón por la que se recomienda control médico, por lo menos, una vez al año.
Pero además de las consultas periódicas con el veterinario, existen muchas otras cosas que puedes hacer por esta canino para cuidar su salud. Si quieres tener uno en casa, entonces será mejor prestar atención a las siguientes recomendaciones:
Alimentación: comida de calidad para optimizar su salud
La alimentación del Labrador Retriever es esencial en el cuidado de los perros labrador. Durante sus primeros 45 días de vida deben alimentarse de la leche de su madre, ya que le provee los nutrientes necesarios para un rápido crecimiento. De no ser posible, las tiendas de mascota oferten leche para cachorros que funciona como un excelente sustituto.
Culminado el periodo de lactancia, los piensos de calidad son la mejor alternativa. Contiene todo lo que requiere para mantenerse sano, aunque debes tener cuidado con las porciones que sirvas. Si le das mucha comida (y vaya que les gusta comer) podrían sufrir de obesidad y otras enfermedades relacionadas.
Los expertos aseguran que cuando son cachorros deben comer tres veces al día (desayuno, almuerzo y cena), pero en la edad de adulto solo dos, dependiendo la cantidad de energía que gaste el can durante el día. Para ello, es necesario la ayuda de un veterinario.
Higiene: la limpieza es fundamental para mantenerlo hermoso
Un buen baño siempre valdrá la pena pero una vez al mes cuando esté realmente sucio. Para ello, requerirás de champú especial para perros, así que evita en sobremanera usar el de humanos.
El agua también ayudará a eliminar los malos olores muy característicos en nuestros amigos de cuatro patas.
Lo que sí se debe hacer cada semana es cepillar su pelaje, pues de esa manera obtendrá un manto mucho más brillantes.
Algunos expertos aseguran que no pasa nada si pasas unas cuantas cepilladas diarias en su pelo corto y duro.
No hay que olvidar cortar sus uñas, limpiar sus oídos cuando estén sucios y cepillar sus dientes para eliminar residuos de comida y erradicar el sarro.
Juegos y ejercicios: una forma de mantenerlos activos
Los perros labrador son bastante juguetones, por lo que disfrutarán, además del paseo diario en compañía de su amo, de algunas actividades recreativas como buscar la pelota. Además de crear un mejor vínculo entre mascota y hombre, este tipo de actividades físicas impiden que sufran de sobrepeso.
Si se mantiene ocupado buena parte del día realizando alguna actividad, seguramente no se aburrirá y tendrás en casa un perro feliz y súper divertido.
Socialización: importante para la salud del labrador
La socialización es importante. Desde cachorros debes acostumbrarlo a estar con otros animales y personas para evitar malos comportamientos y ciertos temores de adultos. Además, evitarás conductas agresivas cuando estén ante la presencia de algún extraño.
También es importante educarlos. Son inteligentes y muy obedientes, cualidad que debe ser aprovechada por el amo. Eso sí, se debe llevar a cabo este proceso con mucha paciencia para evitar malos tratos y regaños.
Si piensas adoptar un labrador, entonces toma en cuenta estas recomendaciones para mantener su salud física y mental intacta.
